sábado, 7 de noviembre de 2015

EL PESO DEL SILENCIO


El silencio no es la antítesis de la música, es parte de ella, es el contrapunto de las notas.
El silencio no es lo contrario a la palabra, forma parte del texto y, como los demás vocablos, es polisémico. 


Suele tener buena reputación: está socialmente mejor considerada una persona parca en palabras que una locuaz. 
Hay infinidad de proverbios y aforismos que alaban la conveniencia del silencio. Desde tiempos antiguos, en todas las culturas, se busca la paz en él y generalmente se halla. 
Pero el silencio es otra forma de conversar consigo mismo y con el mundo. Si la palabra puede expresar mil sentimientos, realidades, perspectivas, no menos reflejan los silencios. 
El que calla no otorga, pues no existe traducción de la palabra no pronunciada. El que calla no habla y nada se puede opinar de algo que no se dice. 
Al parecer el alma pesa 21 gramos. No sé si son demasiados o demasiado pocos. Pero el silencio, que es el lenguaje poético del alma, hecho de comas, puntos, puntos y comas, puntos suspensivos, grandes paréntesis, interrogaciones, exclamaciones, comillas, puntos finales... el silencio puede llegar a pesar como un agujero negro.




No hay comentarios:

Publicar un comentario